MAS EL MIR
Maison d'hôtes de charme avec piscine, restaurant et jardin dans un cadre agréable et authentique à proximité de Ripoll.
Le Mas El Mir est une ancienne ferme du XIVe siècle réaménagée en maison d'hôtes de charme. Située au cœur de la nature, à 4 km de Ripoll, la bâtisse authentique, ses murs en grosses pierres et son environnement bucolique procurent dès l'arrivée une sensation de bien-être chez les voyageurs. À l'intérieur, tout a été pensé pour qu'on s'y sente bien : les espaces communs (salon détente, jardin, piscine avec vue...), les salles de bain décorées de marbre et de vieux carrelages, les draps de lit en lin véritable et le petit-déjeuner buffet en émerveilleront plus d'un. Le restaurant propose une cuisine créative et authentique avec des produits locaux et de saison travaillés avec soin.
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Avis des membres sur MAS EL MIR
Les notes et les avis ci-dessous reflètent les opinions subjectives des membres et non l'avis du Petit Futé.
Magníficamente situada con vistas preciosas (las mejores habitaciones las que dan a las montañas con vistas). Tranquilidad, habitaciones bien insonorizadas (tambien eramos solo adultos).
Eva la propietaria es la que lleva el hotel y te hace sentir como en casa con sus 2 perros y gatos que son una monada .
Para mi la guinda del pastel es el servicio que ofrece de desayuno (buffet completísimo y muy bueno, no falta nada) y la cena de restaurante de alto nivel (todo muy bueno y muy bien presentado , con preciosos platos de bonita porcelana de gran restaurante). realmente un sitio muy recomendable para pasar un fin de semana de relax y buen comer.
Gracias Eva por tu dedicación y saber hacer!!
Sílvia fue súper atenta en todo momento, súper profesional y fue todo un gusto poder probar sus recetas, todas deliciosas.
En nuestro caso fuimos a cenar el menú "sorpresa" que prepara diariamente y quedamos encantados. Nos preparo 4 entrades, todos muy bien elaborados, después un bacallà impresionante y para finalizar un tiramisú súper rico.
Repetiremos sin duda y si estáis por la zona os lo recomiendo.
Cosas buenas: el entorno es espectacular, el jardín y la zona de la piscina están súper bien, la habitación muy limpia y agradable, con detalles a agradecer como que había compresas y tampones, jabones y champús naturales, etc, y la cena con menú degustación, muy rica.
Cosas malas: la piscina no estaba limpia (había tierra en el fondo), la alfombra y la cortina del baño estaban muy sucias y llenas de humedad, no está permitido llevar comida y ellos lo único que te ofrecen son los snacks y bebidas en una sala/minibar por los que tienes que pagar sin saber lo precios de antemano, además, en la cena no está incluida la bebida, la propietaria lo que te ofrece son vinos naturales de 25€ para arriba y sino los quieres, tienes que coger lo que tú quieras del minibar, y te lo cobran a parte de los 43€ por persona que cuesta la cena. Por otro lado, el desayuno está bueno, pero es muy escaso, y a pesar de que cuenta con muchas cosas suponemos que caseras y artesanas, no vale los 18€ por persona que pagas. Por último, notamos una falta de intimidad general en la casa, no por los otros viajeros que compartían espacio con nosotros, o por las mascotas de la propietaria, 2 perros y 3 gatos que no nos molestaron para nada, sino porque allá donde íbamos nos encontrábamos tanto con la propietaria como con su madre, por lo que no da la sensación en un hotel/casa rural, sino en su propia casa.
En conclusión, la casa es un sitio espectacular y precioso para desconectar un finde en pareja, pero por lo se paga, esperábamos una experiencia muy superior y con más atención al detalle.
Diner en ontbijt waren ok.
Wel wat te duur voor wat er geboden wordt.
We had the self service apartment for 2 nights, which is a separate little stone building with its private bit of garden and outside sitting.
We ended up loving the experience!
A 10 min drive away - half of which is driving down the winding mountain dirt roads with farms along the way - you find 2 massive supermarkets next to eachother (Lidl and Esclat) with absolutely everything you need. In the town of Ripoll, there is pharmacy, more stores.
We only ate at a restaurant once (always missed the opening hours somehow), but since we had a kitchen at the accomodation, it was not a problem.